¿Se puede hacer el Camino de Santiago sin entrenar? La respuesta es no. Uno de los principales miedos entre los peregrinos antes de iniciar el Camino de Santiago es el no estar preparado físicamente para afrontar el esfuerzo que supone. Aunque cada año llegan a Santiago de Compostela miles de peregrinos de todas las edades y condiciones, no se puede negar que esta experiencia implica un cierto desgaste y la preparación es importante. A continuación te daremos algunos consejos para el entrenamiento para el Camino de Santiago.
El entrenamiento para el Camino de Santiago
Probablemente una de las dudas que te plantees es cómo entrenar para el Camino de Santiago. Antes de plantearse hacer un plan de entrenamiento para las rutas del Camino de Santiago es necesario evaluar el estado de forma física propio y consultar con el médico si tuviésemos alguna enfermedad grave. Para la mayor parte de personas, y suponiendo que gocen de buena salud, bastará con realizar entrenamientos durante los dos o tres meses previos.
En función del tiempo disponible y de tu estado de forma empezarás realizando al menos una salida por semana, en terreno llano, y de un máximo de una hora de duración. Al principio también es buena idea que dejes el coche en casa y procures ir andando o en bici a tus ocupaciones diarias. El objetivo es ir activando la musculatura de forma gradual.
A partir de la segunda o tercera semana puedes aumentar la frecuencia, duración y desniveles en las rutas. Ya en el segundo mes, aprovecha los fines de semana para realizar marchas por monte, con subidas y bajadas, sin dejar de realizar salidas más breves entre semana.
Pon a prueba tus músculos y tu material
El mes previo al Camino es el momento de probar el material que vamos a usar. Sal a entrenar con peso, ya sea con tu mochila o con alforjas en la bici, y si es posible entrena dos días seguidos para comprobar cómo reaccionan tus músculos.
Si todavía no lo has hecho, ahora deberías preparar una pequeña rutina de estiramientos para aliviar los músculos que más se resienten de las horas de Camino.
Durante todo el plan de entrenamiento para el Camino de Santiago es conveniente llevar un pequeño registro de nuestros progresos. Anota en un cuaderno el número de kilómetros, tiempo, desnivel, peso, sensaciones, tiempos de descanso, etc. Eso te ayudará después a planificar tus etapas, y a preparar la mochila, la ropa o las alforjas sin pasarte de kilos.
Recuerda en todo momento que el Camino de Santiago no es una carrera de velocidad. No debes obsesionarte por ir rápido sino por encontrar un ritmo sostenible en el tiempo.
Tómate las primeras etapas con calma y sin forzar, y verás como llegas a Santiago de Compostela antes de que te hayas dado cuenta.
Cómo entrenar para el Camino de Santiago en bici
Aunque estés acostumbrado a realizar kilómetros en bicicleta, las etapas del Camino de Santiago requieren una preparación especial.
Semanas antes de iniciar la ruta intenta buscar al menos una hora a la semana para realizar recorridos cortos, te ayudará a ir fortaleciendo tu estado físico. Si no tienes disponibilidad durante la semana al menos, durante fines de semana recorre 60 kilómetros planos o en superficies con pequeñas irregularidades para que su organismo empiece a acostumbrarse a la actividad.
Otra alternativa es hacer uso de una bicicleta estática pedaleando entre 20 y 30 kilómetros. Busca un momento para prepararte para lo que será la gran aventura de tu vida.
Cuida tu alimentación durante el Camino de Santiago
La alimentación es importante en nuestro día a día pero más aún cuando realizamos actividades que requieren de un mayor esfuerzo físico. Además del entrenamiento para el Camino de Santiago, toma nota de las recomendaciones en cuanto a la alimentación.
Comidas 5 veces al día, ligeras de fácil digestión y , sobre todo, mucha hidratación son las recomendaciones la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN). Lógicamente tendrás que adaptarte a tu estado físico, situación y pautas alimenticias pero siempre mantén presente que tan importante es el entrenamiento para las distintas rutas del Camino de Santiago en bici o a pié como la alimentación.