Todo peregrino debe seguir unas pautas de alimentación que le permitan completar sin problemas el Camino de Santiago. La nutrición debe adaptarse a las necesidades que provocan los kilómetros: un mayor gasto calórico y un posible aumento de la deshidratación.
Para planear la alimentación durante el Camino debes tener en cuenta factores como la edad, condición física, planificación de las etapas, alergias o intolerancias… Las recomendaciones de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) son un buen punto de partida que después puedes adaptar a tu situación personal.
Asegura la ingesta de hidratos comiendo pan el pan es un alimento básico del peregrino, y no debería faltar en todas tus comidas porque asegura los hidratos de carbono, la ‘gasolina’ del cuerpo en una situación de desgaste como esta. Puedes sustituir el pan por otras fuentes de hidratos como galletas, pasta, arroz o patatas.
Elige las comidas sencillas y ligeras
Deja las salsas, guisos, fritos y alimentos pesados para el final del día, cuando ya no te quedan kilómetros por delante. En plena etapa es mejor que pidas platos ligeros y menos elaborados. Así se evitas el riesgo de sentirte pesado después de comer.
Haz 4 o 5 comidas al día
Además de las comidas principales, deberías tomar tentempie a media mañana o media tarde. Lo aconsejable es no pasar más de 3 horas sin comer algo. Las digestiones serán más ligeras, llegarás con menos hambre a la siguiente comida y no tendrás bajones o ‘pájaras’.
Los experimentos, mejor para otro momento
Si piensas que algo no te va a sentar bien, o tienes sospechas de que un plato de carne o pescado no está bien hecho, es mejor dejarlo para otra ocasión.
Mantente hidratado
Bebe agua en abundancia, incluso cuando no tengas sed. Las bebidas isotónicas son otra forma de mantenerse hidratado y te aportan azúcares y sales minerales.
Pasa del alcohol
El alcohol fomenta la deshidratación. Opta por la cerveza sin alcohol.
Lleva siempre algo de comer encima
Los frutos secos, el chocolate y las barritas de cereales no ocupan apenas nada en tu mochila y te servirán para calmar el estómago entre horas, además de aportar mucha energía.
Olvida la operación bikini
Intentar adelgazar mientras haces el Camino a base de comer poco, solo va a conseguir que llegues agotado al final de cada etapa.
Planifica las comidas de cada etapa
En rutas con muchas infraestructuras como el Camino francés es raro que pasen los kilómetros sin que puedas comprar algo de comida o bebida. Pero no está de más organizar un pequeño plan de comidas antes de salir, considerando la distancia entre un pueblo y otro.
Sigue estas sencillas recomendaciones y te asegurarás de estar comiendo lo correcto para llegar a Santiago.
¡Buen Camino!