Caminar cualquiera de las etapas del Camino de Santiago implica jornadas de no menos de 20 kilómetros en los que tu comodidad y bienestar es fundamental para que puedas vivir la experiencia con garantías y sin lesiones. El uso de bastones para el Camino de Santiago puede ayudarte a prevenir lesiones que hagan más difícil tu aventura.
Por qué llevar bastones para el Camino de Santiago
- Te ayudará a llevar la espalda recta y evitar la fatiga.
- Tendrás más puntos de apoyo y evitará que cargues en exceso tus articulaciones, sobre todo en los ascensos y descensos que son los tramos en los que más castigamos nuestras rodillas y tobillos.
- Ayuda a mantener el equilibrio y que puedas dar pasos más firmes, de esta manera prevenir las posibles caídas en los terrenos menos estables.
- Muy útiles en marchas llanas donde también ayudan a evitar la incómoda hinchazón en las manos que aparece cuando caminamos mucho tiempo, como consecuencia de la circulación y de los movimientos característicos de los brazos cuando caminamos.
- Muy recomendable llevar los dos bastones o bordones, al final de la etapa tu cuerpo te lo agradecerá.
Si estás dudando sobre que tipo de bastón es el mejor, en primer lugar, tendrás que conocer la diferencia entre el bordón y el bastón. Los primeros se componen de una pieza única, el punto de apoyo más tradicional y que solían utilizar los peregrinos del Camino de Santiago y suelen estar fabricados de madera con su punta rematada en hierro. Podrás encontrar distintos tamaños pero generalmente deberán alcanzar tu altura para que puedas agarrarlo en el punto que te resulte más cómodo.
En cuanto a los bastones, cada vez más utilizados en el Camino de Santiago, tienen la ventaja de que son extensibles, de manera que los puedes adaptar a tu altura y, por otra parte, los puedes plegar y guardar más cómodamente enganchado a tu mochila. Podrás encontrarlos en tiendas especializadas en el Camino de Santiago o en deportes de montaña, senderismo o trekking.
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