Logroño
Para dejar atrás Logroño y continuar con el camino debemos atravesar el Parque de San Miguel. Tras cruzar la circunvalación a través de un túnel el peregrino camina por el Parque de la Grajera entre cipreses y parques infantiles hasta el embalse de la Grajera, donde es fácil encontrar a gente descansando y pescando.
Al dejar el parque nos encontramos con los viñedos característicos de esta provincia. Para llegar a Navarrete hay que afrontar antes una subida complicada pero de belleza espectacular que termina en un sendero plagado de las cruces que los peregrinos van dejando al pasar.
Navarrete
Entramos en Navarrete tras cruzar la AP-68 y nos recibe un pueblo de tradición alfarera con numerosos establecimientos para descansar y reponer fuerzas.
No podemos marcharnos de Navarrete sin visitar la iglesia de la Asunción y el Hospital de San Juan de Arce. Desde este hospital junto al cementerio nos dirigimos hacia Sotés a través de viñedos y olivares.
Ventosa
Tras un par de kilómetros caminando en paralelo a la A-12 llegamos a Ventosa, que ofrece la oportunidad de visitarla iglesia de San Saturnino y la bodega Vallformosa.
Dejamos el pueblo atrás por un camino de piedras que asciende hasta el Alto de San Antón, desde donde podemos disfrutar de las magníficas vistas del valle de Najerilla.
Para llegar hasta Nájera debemos continuar el camino tomando como referencia el Poyo de Roldán, que conmemora la batalla de Roldán con Ferragut, y un guardaviñas en forma de círculo desde el que se custodian los viñedos de la zona.
Nájera
Tras cruzar el río Yalde y cruzar la N-120 llegamos por fin a Nájera, donde nos espera el Monasterio de Santa María la Real.
ESPECIAL ATENCIÓN
La principal dificultad de esta jornada es su extensión, ya que es la etapa más larga desde el comienzo del camino.
Una vez más se debe cruzar la carretera en algún momento del camino, momento en el que siempre hay que prestar más atención.