Si haces el Camino de Santiago caminando es muy probable que en algún momento empieces a sufrir las temidas ampollas.
La prevención es importante y deberás poner especial cuidado en la elección de calzado y material de los calcetines así como en mantener tus pies perfectamente hidratados.
Si a pesar de todo, finalmente os visitan estas heridas tan incómodas, a continuación os contaremos una cura muy utilizada por los caminantes.
Es muy fácil y rápido. Lo mejor es que el kit cura-ampollas no ocupará sitio en vuestra mochila y os permitirá iniciar la caminata del día siguiente sin a penas notar sufrimiento.
¿Qué necesitáis?
- Una aguja de coser.
- Alcohol.
- Una tira o pósito especial.
- Un pequeño trozo de hilo.
¿Cómo curamos la ampolla?
- Limpiar la zona detenidamente con agua y jabón.
- Desinfectamos la aguja quemándola y limpiándola con alcohol para esterilizarla.
- Enhebramos el hilo en la aguja, una extensión no demasiado larga.
- Atravesaremos la ampolla con la aguja para drenar la herida.
- Dejaremos el hilo dentro de la ampolla para que continúe drenando y dejaremos una pequeña extensión por ambos lados de la herida.
- Cubriremos la ampolla con una tira o apósito especial (compuesto por hidrocoloide) que encontrarás en cualquier farmacia. Recordad que continuará drenando al dejar los hilos a ambos lados de la herida.
Esta cura se recomienda para ampollas recientes y que no estén infectadas. En ese caso, es recomendable acudir al centro médico más cercano.
Si conocéis otras formas de curar estas pequeñas heridas que suelen acompañar a los caminantes, estaremos encantados de conocerlas y compartirlas con toda la comunidad de amigos del Camino de Santiago.