La Mesa
Al salir del albergue debemos retomar la misma carretera por la que llegamos. El primer tramo discurre por 150 metros de desnivel que rodea la Peña de los Coriscos donde se sitúan varios molinos de viento. Llegaremos entonces a Buspol. Al lado de la granja se encuentra la Capilla de Santa Marina, una construcción de piedra y lajas de pizarra muy sencilla, pero de gran belleza. A través de la puerta podemos apreciar las tres coloridas esculturas que forman el retablo.
A partir de este punto empezaremos el largo descenso a la cuenca del río Navia. Unos 760 metros de desnivel en descenso hasta la misma presa de Salime. Unos 45 minutos después de haber pasado Buspol, iniciaremos un tramo con algunos toboganes por pista forestal. Si seguimos andando, en una curva, encontraremos un cortín, un muro circular de piedra que protege las colmenas de los osos. Después de haber caminado unos 400 metros después de haber visto la cruz, nos adentraremos en un espléndido castañar.
Después de dar varias vueltas, habremos llegado a la carretera AS-14 que nos llevará hasta el embalse de Salime. Pero antes, podremos entrar en la Boca de la Ballena, un mirador colgante que ofrece unas vistas excepcionales de la presa de 128 metros de altura.
Salime
La AS-14 será nuestro camino durante aproximadamente 4,5 kilómetros. Se trata de una vereda muy empinada que poco a poco va dando paso a una senda boscosa que nos llevará hasta Grandas de Salime. Tomando el primer desvío entraremos a la población donde podremos pernoctar en el albergue que se encuentra en la Avenida de la Costa.
ESPECIAL ATENCIÓN
El descenso hacia el embalse de Salime cuenta con unos 8 kilómetros de bajada continua. Es cierto que supone un gran descanso para nuestros pulmones, pero las piernas pueden resentirse. Por eso es recomendable ayudarse con dos bastones para reducir significativamente la tensión que se acumula en los cuadríceps, ya que estos músculos son los que se ocupan de frenar nuestro cuerpo en los descensos.